Proverbios 28:2 – Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos; mas por el hombre entendido y sabio permanece estable.
Príncipes... en el contexto representan figuras de autoridad, lo que nos confirma la realidad del ser humano: muchos son los que quieren mandar. Esta es una de las muchas razones por las cuales vemos a diario el menoscabo a toda autoridad, sea en el hogar, en la sociedad y aun en la iglesia. En el argot popular, "todos quieren ser caciques, nadie quiere ser indio" o dicho de otra manera, "todos quieren ser capitán, nadie quiere ser marinero".
En el ser humano la rebeldía es innata, ¡nacemos con ella! Y cuanto más el mundo se aleja del único Dios verdadero y de Jesucristo a quien Él ha enviado, más veremos la rebeldía campante imperando en nuestras sociedades, no importando la ideología política, la creencia religiosa, el género o las capacidades académicas.
¡Cada quien, dentro de su área particular es rebelde! Sin embargo, así como la Palabra de Dios, vigente todos los días del acontecer humano, habla de la rebelión, también ofrece el antídoto para este tan devastador mal: llegar a ser un(a)hombre(mujer) entendido(a) y sabio(a).
La única forma de poder llegar a este escalafón es haciéndonos parte de la familia del sapientísimo Dios, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Colosenses 2:3). La respuesta está en llegar a ser hijo de Dios: "A todos los que le recibieron (a Cristo Jesús) les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). Esta es la respuesta que dará origen a cambios radicales en el corazón humano si el individuo está dispuesto a dejarse moldear por el Dios eterno.
Y siendo parte de la familia de Dios somos sujetos de la divina promesa: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1: 5). Solo la sabiduría y el entendimiento (divinos) en nosotros nos pueden mantener firmes y estables en el mundo caótico y en creciente maremágnum en el cual vivimos.
En el mercado de esclavos
Hace 10 años
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