lunes, 11 de abril de 2011

Del libro de Marcos: Cap.10: 46

Marcos 10: 46 –“Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando”

Bartimeo era ciego, esta era su lastimera condición; y esa misma condición le impedía realizar muchas cosas. Bartimeo era parte del pueblo de Dios; Jesús y él tenían el mismo padre (el celestial) y nunca le había hablado a Jesús.

Bartimeo tenía derecho a disfrutar de las bendiciones de Dios, pues era hijo de Israel, el pueblo de Dios; sin embargo no disfrutaba de las riquezas de su padre porque estaba ciego y mendigaba; no utilizaba sus derechos de hijo, dependía de migajas.

Y ¿sabe algo? Exactamente eso es lo que les sucede a muchos hijos de Dios.
- Son parte de la familia de Dios, son coherederos con Cristo, y no pueden disfrutar de las riquezas de su Padre, debido a que no le hablan a Jesús.
- ¿Qué le parece? ¡Tienen riquezas a su disposición y están mendigando!

Dios no nos tiene como mendigos nos tiene como hijos, pues lo somos. Cuantas veces podemos decirle a alguien “Ore por mí pues a ti el Señor oye” - ¡Mendigando!
¡No mendiguemos! ¡Usemos nuestra chequera espiritual!

Eso no quiere decir que usted no deba pedir nada a nadie, pero sí que debe empezar a creer que Dios quiere contestarle a usted mismo y que también Él quiere utilizarlo a usted para bendecir a otros.

Dios quiere que todos nosotros tengamos experiencias con Él: orar por alguien y verlo mejorarse; aconsejar a alguien y verlo recuperarse y seguir adelante.
El Señor no quiere que pasemos la vida contando lo que Dios hizo por medio de otros, sino lo que pudimos nosotros mismos experimentar de Él y con Él.

Hay muchos hijos de Dios que ni siquiera se dan cuenta de que el Señor se pasea en medio de su pueblo, es decir, en nuestras reuniones, en los lugares en donde se exalta a Jesucristo. Hay tremendas bendiciones de Dios, y ellos allí están: sentados, ciegos y mendigando.

¡Señor, abre nuestros ojos espirituales, haznos ver tus maravillas!

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