Colosenses 1: 24 – Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia.
Cristo como cabeza sufrió, nosotros como su cuerpo también sufriremos, por que así como Cristo fue probado, y por la obediencia fue exaltado, así quiere el Padre hacer con nosotros sus hijos.
Por las aflicciones y sufrimientos aprendemos obediencia y humildad para que después reinemos con Él, pues si sufrimos con Él también reinaremos con Él.
Todos los hombres sufren, pero si sufrimos con Él (su cuerpo) reinaremos con Él, por eso el sufrimiento del creyente produce fruto, no así el del inconverso. Y cuando no tenemos el apoyo en Cristo, rehuímos al sufrimiento y buscamos una forma de escape. Pero en Cristo comenzaremos a entender que lo que nos produce sufrimiento en el momento, después nos acarreará un cada vez más excelente peso de gloria.
En el mercado de esclavos
Hace 10 años
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