lunes, 15 de mayo de 2023

Conversando con el Rey... Salmo 91: IV Parte 

Propósito: orar con la Palabra de Dios  

Que la gracia del Señor venga sobre nosotros y aprendamos a orar con Su Palabra.

Padre, al que habita bajo tu abrigo y mora bajo tu sombra, lo ampararás y lo protegerás.

      Nos librarás del lazo del cazador…

  • Señor, tu palabra es clara, y si estamos trabajando para vivir toda tu palabra estaremos bajo su protección y cuidado.
  • El enemigo podrá tocarnos, como lo hizo con Job, pero primeramente tendrá que obtener tu permiso, Señor.
  • Padre, nos libra del lazo de cazador, nos hace ver la trampa que el enemigo ha puesto por delante si nuestros ojos están puestos en ti.
  • Señor, ayúdanos; cuantas veces hemos buscado refugio en cosas, en personas…
  • Y cada vez que seguimos este patrón de comportamiento, el lazo del cazador nos atrapa y nos domina.
  • Padre, nos has librado de la cautividad del diablo; cambia nuestros corazones…
  • Cuantas veces nos resistimos a ser esclavos, no del diablo, sino de Cristo…
  • El esclavo de Cristo es la única persona que puede llegar a ser libre, libre en Cristo. 
  • Dijiste: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
  • Señor, no queremos negar tu nombre ni pecar contra ti; danos ojos de ver y oídos de oír.
  • Que nos mantengamos bajo sus alas… este es el único lugar seguro, el lugar de tu perfecta voluntad.
  • Si aun no vemos la urgencia y la necesidad de andar en tu voluntad, abre nuestros ojos. Envía tu luz y tu verdad, estas nos guiarán.
  • Señor, enséñanos a usar los recursos que nos ofreces para que seamos más que vencedores en Cristo.
  • Padre, me parece que muchos de nosotros no hemos entendido que su protección significa vivir bajo tu palabra; por no entender esa verdad luchamos contra ti y ni siquiera nos percatamos de ello. Abre nuestros ojos.

      Nos librarás… de la peste destructora.

  • Nos librarás de la peste destructora…
  • ¿Cuántas pestes andan por este mundo? ¿Qué tipo de pestes son ellas?
  • Solo hay dos tipos de pestes: pestes las físicas que afectan al cuerpo y las espirituales que afectan todo nuestro ser.
  • ¿Cuál es la característica de una peste, Señor?
  • Las pestes son contagiosas, se propagan de persona a persona.
  • Las pestes físicas y espirituales son contagiosas y se propagan de persona a persona; las pestes, sobre todo las espirituales, son movidas por el infierno.
  • Señor, este nuestro mundo está bajo muchas pestes: adulterio, pornografía, fornicación, homosexualismo, lesbianismo, perversiones sexuales, etc, todas progresivas, contagiosas y destructoras.
  • Padre, la peste física nos puede matar pero no nos enviará al infierno; la peste espiritual nos puede llevar al infierno.
  • Acudimos a ti, Señor, solo tú nos puede librar de la peste destructora, sobre todo la que destruye el alma.

Con tus plumas nos cubrirá, y debajo de tus alas estaremos seguros; escudo y adarga es tu verdad.

  • Señor, tú eres la Verdad, la verdad es luz y andar en tu luz es lo único que nos protege de las armas de las tinieblas. Tu verdad nos protege.
  • Padre, haznos entender que cada vez que permitimos las mentiras nos exponemos a los ataques del enemigo, nos salimos de debajo de las alas del Omnipotente Dios. 
  • Señor, abre nuestro entendimiento; que veamos lo que nos hace la mentira.
  • La mentira abre huecos en el escudo de la fe –metafóricamente hablando−, y nos 
  • hacen vulnerables en ciertas áreas, sobre todo en nuestras áreas débiles. Que
  • entendamos que cada vez que pecamos contra ti, nuestras debilidades que nos llevan a pecar se hacen más fuertes y más dominantes.
  • Abre nuestros ojos, que veamos que la mentira nos coloca en el territorio enemigo. 
  • Llévanos a toda verdad, libranos del engaño, de la mentira y de toda clase de pestes que están al asecho para sacarnos de nuestra posición de más que vencedores en Cristo.  

  Que podamos vivir estas palabras: “tú eres mi Dios en quien confiaré”.

 

 


miércoles, 10 de mayo de 2023

Conversando con el Rey... Salmo 91: III Parte 

Propósito: orar con la Palabra de Dios   

  •  Padre, un día más para estar en tu presencia, dándote gracias por nuestro Señor Jesucristo. Igualmente queremos darte las gracias por esta convocatoria.
  • Señor, haz puesto en nosotros el querer y el hacer por tu buena voluntad. Gracias, Señor.
  • Filipenses 2:13  Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

  •  Cada día que pasa más real se nos hace tu Palabra, Señor.
  •  Es maravilloso experimentar esta continua cercanía contigo, nuestro Soberano Rey
  • Gracias por tu presencia, Señor Jesús.

1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.

  • Padre, cada hijo tuyo debe decidirse y proponerse habitar bajo tu abrigo, es decir, decidirse a caminar en tu palabra.    
  • Tan pronto tomamos esta decisión, estaremos viviendo en tu presencia, bajo tu sombra, la sombra del Dios Todopoderoso.
  • Oramos por esta necesidad: Señor, que tu Iglesia sea llevada a esta verdad; que no nos contentemos con un cristianismo superficial, sino que anhelemos sumergirnos en tus aguas profundas; entendiendo que solo tú, Padre, nos puede llevar hasta allá.
  • Nos probarás para que estemos seguros de que esto es realmente lo que queremos. Y entonces, entraremos en un nuevo mover de tu Espíritu en nosotros; pon, Señor, este querer en nosotros, en tu Iglesia.

2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.

  • Habitar al abrigo del Altísimo, morar bajo la sombra del Omnipotente significa confiar en ti, Señor; significa ter fe en ti, Padre Nuestro.
  • Señor, cuánto más llegues a ser nuestra esperanza, más nos refugiaremos en ti, serás verdaderamente nuestro lugar secreto donde solo lo que tú permitas nos tocará. Y lo que nos toca dará fruto apacible de justicia que trascenderá a la eternidad. Además, hay otros tesoros que nos seguirán por tenerte a ti como esperanza y castillo.
  • La confianza que tengamos en ti aumentará, y ¡cuánto la Iglesia de Cristo necesita crecer en dicha confianza!
  • Padre, en tiempos de crisis, de temores que pululan por el aire, más necesitaremos tener fe en ti, una confianza robusta en ti.
  • Señor, que nuestra confianza en ti crezca en la medida que nos adentremos en las aguas profundas de tu Palabra y ella se vaya haciendo palabra viva, no una mera repetición de vocablos, casi sin significado para muchos.
  • Sin fe, sin confiar en ti, es imposible agradarte, Señor, tú lo has dicho (Hebreos 11:6). Que podamos entender que la vida cristiana es agradarte a ti en todo lo que hagamos, digamos o pensemos.
  • Confiar en ti se inicia con un deseo, una escogencia, una decisión de confiar en ti sin importar lo que veamos a nuestro alrededor . 
  • Llévanos a este nivel de fe, Señor.
  • Queremos confiar en ti de tal manera que podamos entregarte todo lo que somos y tenemos, aun nuestra propia vida, ya sea de forma figurada o literalmente. Dijiste:
  •        “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”- Marcos 8: 34   
  •       Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo” - Lucas 14: 33
  • Señor, aumenta nuestra fe, danos más entendimiento e iluminación de tu Palabra; que podamos ver con ojos espirituales el verdadero significado de ser discípulo tuyo.
  • Señor, en tu palabra (Isaías 26:4) nos dices que confiemos en ti siempre porque en ti, está la fortaleza de los siglos. Y lo que entiendo es que en esa fe, esa confianza en ti, está la fuerza para que seamos más que vencedores en Cristo.
  • Señor, está muy claro lo que eso significa: La fuerza del creyente para vencer es del mismo tamaño de su fe, de su confianza en ti.
  • Padre, ahora más que nunca, queremos crecer en la fe, en la confianza en ti; y es lo que también pedimos para tu iglesia en todo el mundo.
  • La fe es la que nos lleva a confiar en ti, pero si no trabajamos (hacer nuestra parte) para que nuestra fe crezca, nuestra confianza en ti será muy poca, y definitivamente, no nos sostendrá en la hora difícil.
  • Padre, ahora vemos más la seriedad del no crecer en tu conocimiento, verdad y amor. Si no crecemos seremos estorbados en nuestro intento de permanecer aferrados a ti. 
  • Señor, extiende tu misericordia sobre tu Iglesia, sobre nosotros, y perdónanos el poco interés que te hemos mostrado con nuestras acciones.
  • La fe, la confianza en ti no depende del mucho conocimiento teológico o doctrinal que tengamos; depende del confiar en ti en lo poco que conocemos de tu palabra y obedecerla.
  • Señor, que este momento de oración sea un momento de rendición a ti, un momento de reconocer que te hemos fallado; perdónanos, límpianos, y que con tu gracia avancemos en el camino de santidad que has preparado para los tuyos.
  • A ti, Dios Eterno, nuestro reconocimiento y gratitud por tu presencia, en Cristo Jesús. 

 

martes, 9 de mayo de 2023

 Conversando con el Rey... Salmo 91: II Parte 

Propósito: orar con la Palabra de Dios 

  •  Señor, gracias por tu Palabra; ella es nuestra guía, nuestra brújula, nuestra bitácora que nos encamina a por el camino eterno; tu palabra nos revela tu persona, gracias.
  • Guíanos, dirígenos en este clamor; danos oídos de oír mientras tu Santo Espíritu nos enseña a orar como conviene, que tu Espíritu nos lleve a orar con gemidos indecibles.  
  • Que todo se haga conforme a tu voluntad y a tus propósitos eternos, te lo pedimos en el nombre de Cristo Jesús.

Versículos 1, 2 — 1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. 


Señor, cuántas verdades nos revelas en tu Palabra, abre nuestros ojos y oídos.

  • Que aprovechemos el tiempo que nos das; no sabemos el mañana, pero podemos aprovechar el hoy. Haznos sabios, Señor, haznos sabios.
  • “Diré yo a Jehová…” Estas palabras nos hablan de intimidad, de comunión contigo.
  • Padre, anhelamos mantener una vida de intimidad contigo, trabaja en nosotros hasta que por tu gracia y tu poder lo hayamos logrado.
  • “Diré yo a Jehová…” ¿Qué diremos a ti, Señor? ¿Diremos lo que realmente eres o lo que creemos que eres? Padre, la percepción que tengamos de ti cambiará nuestra forma de dirigirnos a ti, de vivir la vida cristiana.
  • Permita, Señor, que nosotros, por tu gracia y poder, tengamos la imagen correcta de ti: un Dios de amor sí, pero un Dios justo; un Dios que no consiente a nadie, un Dios que corrige, disciplina y azota a sus hijos; un Dios Santo que exige santidad de los suyos; un Dios galardonador, que premia a los que le buscan porque confían en él.
  •  “Diré yo a Jehová esperanza mía”, ¿realmente te vemos cómo esperanza nuestra?
  • ¿Aunque todos nos fallaran, aunque todos nos abandonaran, nos dolería claro que sí, pero nos mantendríamos viendo al Invisible? Muéstranos, Señor, como estamos.
  • Padre, es en la intimidad contigo que aprendemos que eres nuestra única esperanza. 
  •  “Diré yo a Jehová castillo mío” … Castillo representa la seguridad, el reposo, el descanso. ¿Eres, Señor, el castillo, el refugio, el descanso de tu Iglesia? 
  • Te pedimos, Señor, si aún no eres nuestro castillo, refugio, descanso que lo admitamos y te pidamos que lo que aún no somos se haga realidad en nosotros.
  • Solamente tú, Señor, nos puede dar paz, nos puede dar reposo, nos puede dar seguridad. 
  • Míranos, Padre, como estamos nosotros tus hijos en tu Iglesia Universal: cámbianos, conforme a lo que has dicho en estos dos versículos leídos
  • Hoy sabemos, Señor, que aquel que mora bajo tu sombra, que habita bajo tu abrigo es el que permanece, persiste, insiste, persevera en ti.
  • Padre, ¿estamos de veras, permaneciendo en ti? 
  • ¿O estamos insistiendo en nuestros propios caminos?
  • Permanecer, perseverar en ti… Señor, muéstranos si estamos en un continuo y constante proseguir de lo que hemos iniciado; si estamos permaneciendo en ti.
  • Si así no fuera, abre nuestros ojos; si no podemos ver cómo estamos ante ti tampoco experimentaremos la necesidad de que nos limpies y cambies.
  • Lo más grave y peligroso de todo esto es que, si no vemos nuestra real necesidad de ti continuaremos percibiéndonos como gente buena.
  • Cuando eso se da, hemos caído de lleno en el auto engaño.
  • Líbranos, Señor, de esa cadena; has venido para libertar al cautivo, estos somos nosotros.
  • Es cierto que al salvarnos abriste las puertas de nuestras viejas cárceles y, tristemente, aun teniendo las puertas abiertas nos mantenemos adentro.
  • Nos hemos adaptado tanto a la oscuridad que la luz no nos hace falta; es más, a veces Señor, tu luz nos molesta porque nos saca de nuestras zonas de confort.
  • Clamo, Señor, por mi misma y por mis hermanos en todo el planeta; alúmbranos para que veamos tu verdad, no la nuestra. 
  • Intercedemos por aquellos hijos tuyos de cualquiera de tus iglesias, que en este momento están atravesando momentos difíciles donde su fe está siendo puesta a prueba haciendo que muchos retornen a sus antiguas cárceles de donde los sacaste.
  • Atráelos a tu castillo, Señor, que su fe no trastabille sino que aun bajo el miedo del hombre, del dolor, sus corazones se vuelvan y se mantengan escondidos en ti.
  • Oramos por aquellos que están pasando por momentos de duelo; por los enfermos que han sido desahuciados, por los que fueron traicionados por alguien muy cercano; por los que están siendo perseguidos por causa de su fe en ti; están sufriendo, sus corazones lloran.
  • Consuélalos, Señor, que en medio del dolor, del temor al hombre, del temor a la muerte, puedan mantener tu paz en sus corazones. Que tu paz descienda sobre ellos llenándoles de confianza en ti pese a todo lo que están padeciendo en estos momentos.
  • Oramos por aquellos hijos tuyos cuyos hijos están en el mundo, con vidas disipadas; cada día más alejados de ti. Dales fuerza y fe a estos padres para que perseveren en su clamor.
  • Fortalécenos, Señor, a tu Iglesia en el mundo; que nos mantengamos en la brecha intercediendo los unos por los otros.

Gracias, Señor, por más un día de victoria; por haber estado otro día en tu presencia intercediendo a favor de los tuyos. A ti toda la gloria y reconocimiento en Cristo Jesús nuestro Gran Salvador.


lunes, 8 de mayo de 2023

Conversando con el Rey... Mayo

 Conversando con el Rey... Salmo 91: I Parte 

Propósito: orar con la Palabra de Dios

Dando inicio  a esta serie trabajaremos con el Salmo 91.

1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, 6 ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación,10 no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

Vers. 1, 2 — 1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. 
2 Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. 

  • Señor, esta tu palabra nos trae consuelo y esperanza al corazón, y estamos agradecidos.
  • Padre, el salmo se inicia diciendo quién eres: el Dios Altísimo, el Dios Omnipotente.
  • Estos dos atributos nos hacen mirarte con ojos de asombro solo de pensar que ese Dios tan grande, tan poderoso puede mirarnos a nosotros, pudo adoptarnos en su familia y un día vendrá por nosotros.
  • ¿Señor, cómo darte gracias por esta salvación tan grande que nos abrió el camino para conocerte a ti el Omnipotente y Altísimo Señor y Dios?
  • Eres el Dios Altísimo, el Elión: el Dios que está sobre todo, el Rey de reyes y Señor de señores, el Soberano Dios que reina sobre todo el Universo, el que ahora mismo nos está oyendo.  
  • Eres el Dios Omnipotente, el Dios Todopoderoso, el Shaddai: el que nos sostiene; el Dios que nos cubre; tu sostén y cobertura estarán siempre a nuestra disposición si a ti acudimos. Gracias, solo podemos decirte gracias.
  • No puedo asimilar tanta magnificencia; es muy grande para mi mente finita.
  • Sin embargo, podemos disfrutar de tu presencia aunque no entendamos como eso es posible.
  • Gracias, Señor, porque la vida de fe, de confianza en ti nos lleva a caminos que nunca hemos soñado conocer pero que ahora transitamos.
  • Mi Dios, oramos por nosotros, tu Iglesia en todo el mundo; somos parte de tu familia.
  • Y solo tú sabes, en toda esa gran multitud de los tuyos, si de veras estamos habitando, morando bajo tu sombra; habitar o morar implica una residencia permanente; ¿es permanente nuestra presencia bajo tu sombra, bajo tu abrigo?
  • No lo sé, Señor, tú lo sabes; pero, si así no fuera haznos ver nuestra real situación, líbranos de auto engañarnos creyendo que estamos bien delante de ti cuando no es verdad.
  • Examínanos, queremos y pedimos que lo hagas; líbranos de pensar que estamos andando en tu luz cuando en realidad andamos a oscuras.
  • Llévanos a toda verdad, libranos del engaño y, peor aún, del auto engaño.
  • Señor, que tal como el salmista podamos decir de todo corazón, en plena certidumbre de fe, que eres nuestra esperanza, que eres el castillo donde nos refugiamos de los sucesivos oleajes que enfrentamos con frecuencia.
  • Que siempre podamos decir “tú eres mi Dios en quien confiaré”.
  • Intercedemos por aquellos hijos tuyos que en este momento están atravesando momentos difíciles donde su fe está siendo puesta a prueba.
  • Atráelos a tu castillo, Señor, que su fe no trastabille sino que aun en medio del dolor sus corazones se mantengan escondidos en ti.
  • Oramos por aquellos que están pasando por un momento de duelo; sus corazones sufren, sobre todo si en el que murió no te conocía. Consuélalos, Padre, que en medio del dolor puedan mantener tu paz en sus corazones
  • También oramos por los que están pasando hambre por escasez de alimentos o enfermos.
  • Que tu gracia los cubra fortaleciéndolos cada día, que su fe no falte; que puedan permanecer firmes hasta el fin.
  • Y por último oramos por nuestros familiares; que seamos de bendición a sus vidas; que día tras día los presentemos ante ti: atráelos, Señor, atráelos. 
  • Gracias, Señor, por más un día de victoria.
  • Gracias por haber estado otro día en tu presencia en oración.
  • Gracias, Padre, pues cada día que mantengamos la comunión y la intimidad contigo es un día de victoria. 




martes, 7 de enero de 2020

El reposo de Dios

Introducción:

Hebreos 3: 7-19 à 7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. 10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Hace tiempo que uno de mis ejercicios espirituales es leer la Biblia entera cada año. Y cada vez que leo Éxodo pienso en Israel y su gente y de nuestra similitud con ellos. La diferencia entre ellos y nosotros es la tecnología y el avance de la ciencia. En actitudes y conducta somos muy parecidos. Sabiendo que estamos viviendo tiempos difíciles, y que se pondrán peores, mantengámonos preparados para los días malos por medio de lo que nos enseña la Palabra de Dios. Cuando las cosas se nos complican es fácil perder la paz y el descanso que solo encontramos en el Señor. Por otro lado, al pueblo de Dios nos falta aprender a vivir en el reposo de Dios.

No me canso de proclamar que Dios es bueno, Dios es fiel, Dios es misericordioso y Dios es Dios de segundas oportunidades pese a nuestra rebeldía y desfachatez. Y estamos persuadidos de que la obra que Él empezó en nosotros la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Dios está trabajando en nuestras vidas para llevarnos a vivir en su reposo. Años atrás, conversando con un hermano en Cristo le manifestaba que estaba muy cansada, emocionalmente cansada, y él me dice: Descansa en el Señor. En aquel entonces pensé “Fácil es decirlo, difícil es hacerlo”. Nosotros como seres humanos nos enfrentamos con distintos tipos de cansancio: físico, mental, emocional, espiritual.

El hombre por sí mismo puede descansar física y mentalmente. La dificultad estriba en lograr el descanso en las otras áreas –emocional y espiritual–, debido a que estas son las que determinan nuestra manera de vivir, nuestras reacciones, nuestras maneras de enfrentar los desafíos de la vida diaria. La vida cristiana es, entre tantas cosas, ver al Señor llamándonos a que entremos en su reposo a reposar en Él; y que gocemos de la plena libertad de los hijos de Dios. ¿Qué significa reposar?  Significa descansar del trabajo, de la fatiga; permanecer en quietud y paz sin alteración interior. Reposar es poder manifestar en nuestras vidas constancia de ánimo aún frente a las adversidades. ¿De veras queremos vivir en el reposo de Dios?

Al observar más detenidamente la vida de la iglesia de Cristo en la actualidad vemos que existen centenares de creyentes que tienen a Jesús como su Salvador, pero no han hecho de Él su Señor, es decir, no viven en obediencia al evangelio de Jesucristo. Por eso les decía que hay mucha similitud entre algunos cristianos y el pueblo de Israel cuando estaba en el desierto después de haber salido de Egipto.  En Egipto habían estado bajo el dominio de sus amos, alimentados por sus amos, totalmente controlados y sin libertad. Finalmente, Dios interviene y los libera por mano de Moisés.

Nosotros en el pasado, estábamos totalmente bajo la esclavitud del pecado y del poder de las tinieblas. Luego, por medio de la obra completa de Jesús y del Espíritu Santo, hemos sido liberados. Sin embargo, muchos cristianos siguen viviendo como el pueblo de Israel en el desierto. Pese a que han sido declarados libres por Dios siguen siendo esclavos en sus mentes y corazones. No están dispuestos a entrar en la Tierra Prometida por preferir la “comodidad y la seguridad” de la esclavitud.

El desafío más grande que tenemos por delante es entrar a nuestra tierra prometida. Por tal razón, Dios nos está llamando a permitir que “Egipto” salga de nosotros a fin de eliminar la mentalidad de esclavo que muchos conservan y poder así entrar en el reposo y en la plena libertad de los hijos de Dios.


sábado, 21 de diciembre de 2019

Ya no será como antes...


“Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año”.
‭‭Josué‬ ‭5:12‬ ‭RVR1960‬‬

Es interesante darnos cuenta de cómo no entendemos las cosas sencillas del caminar espiritual hasta que nuestros escenarios cambian. Cuando entramos en nuevos escenarios donde nos lleva el Señor, cuan decisivo es entender la necesidad de una nueva alimentación. 

Muchas veces, estamos en nuevos entornos y queremos seguir viviendo de la comidita del ayer; pero esa alimentación no nos permitirá conquistar las muchas "naciones y pueblos" que se oponen a que los echemos de la “tierra”.
Cada tiempo, cada entorno, necesita su propio tipo de alimento.

Las victorias que obtendremos en la nueva tierra dependerá del alimento que comamos. Debe ser la comida correcta, la comida a tiempo, la comida cocinada (o asada, o elaborada); el "maná" del ayer, aunque era comida de Dios, era para el desierto, para los inicios del caminar con Cristo. 
Ahora, es un nuevo escenario, ya las cosas no nos serán dadas en mamaderas; tendremos que escarbar, sembrar, regar, cosechar y cocinar la comida. 

Si no hay decisión de cambiar de alimentación, cambiar de hábitos en nuestro caminar cristiano, no lograremos alcanzar salud espiritual ni fortaleza espiritual. 
Cualquiera de los “feos”, gebuseos, cananeos, filisteos (obras de la carne) te llevarán a asociarte con sus dioses, y cuando menos esperas tendrás un "dios" a la medida del modelo que tomaste de tus muchos "feos".

Seamos sabios, anhelemos la comida diaria dada por nuestro Dios y Señor Jesucristo, reconociendo que nuestro crecimiento exige nuevos tipos de alimentación. 

Oremos:
Señor, cuando cambian los escenarios donde tú nos llevas, debemos cambiar la alimentación. Abre nuestros ojos a fin de que veamos lo que nos quiere mostrar. 
Ayúdanos a entender que no podemos pasar toda la vida con “lechita”, sino que debemos llegar a los alimentos sólidos. 
Que nuestra comida espiritual se vaya incrementando en la medida que crecemos en tu conocimiento, verdad y amor. 
Gracias, Padre, por tu misericordia, gracia y bondad hacia nosotros. 



martes, 2 de mayo de 2017

Hoy estoy triste


“Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;...
Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.”  Hechos 20:19, 23-24 RVR1960

En la tristeza el corazón se achica, los ojos se nublan, los sentimientos se desbocan...
En la tristeza la oscuridad nos envuelve, lo pequeño se agiganta, el corazón se asusta, no obstante...
En la tristeza la Palabra de nuestro Dios trae consuelo, trae dirección, trae provisión al hambriento, al sediento...

Hoy, un día triste, leía estos pasajes y no podía dejar de admirar la vida del apóstol Pablo. Solo Dios sabe y conoce por todo lo que pasó y sufrió este hombre; no obstante, sus palabras rebosan de vida, de anhelo por Su Señor, de deseos de cumplir con la asignación divina a él encargada. 

Sirviendo al Señor con toda humildad... 
Con muchas lágrimas y pruebas... 
Las asechanzas de los judíos...
¿Qué pensaría Pablo? ¿Utilizaría cada situación angustiante y dolorosa para acercarse más a su Salvador y Señor? ¿Lloraría Pablo? Dios lo sabe. 

Analizando su vida podemos emitir elucubraciones sobre sus sentimientos, sus dolores, sus soledades... 
Sí, podemos elucubrar, pero no podemos pasar por alto lo que había en el corazón del apóstol: m
  1. De ninguna cosa hago caso... sabia que todo lo que le ocurría era permitido por Dios, tenía un propósito aunque no lo viera en su momento. 
  2. Ni estimo preciosa mi vida para mí mismo... Pablo sabia, estaba absolutamente seguro, que su vida tenía valor en Cristo; que su vida tenía propósitos, que no luchaba contra molinos de viento; su vida era preciosa porque se volcaba a otros.
  3. Con tal que acabe mi carrera con gozo... ¡qué demostración increíble de su fe en Cristo, su Señor!  Ante tantas pruebas, ataques, tribulaciones, desastres, cárceles, ¿habla en gozo? ¿De qué estaba hecho Pablo? De la fe en aquel que lo salvó, de aquel que abrió sus ojos, de aquel a quien pronto vería cara a cara. 
  4. Que acabe mi carrera y el ministerio que recibí  del Señor Jesus... Pablo sabía (y el que sabe, sabe), que no era su ministerio, sino el ministerio dado por Cristo para que lo cumpliera con gozo. 
  5. Me esperan prisiones y tribulaciones... él sabía que no sería fácil lo que vendría, pero se mantuvo mirando al invisible, tal como se describe la actitud de Moisés en el pasado.

Las cosas que están escritas para nuestra enseñanza fueron registradas; las vidas de unos animan a la vida de otros. 

Pablo, el gran perseguidor de la incipiente Iglesia de Cristo, transformado en el más grande teólogo de todos los tiempos, gracias a quien podemos tener a mano toda la doctrina cristiana, sabía en quién había creído; sabía para quién trabajaba; sabía a quién servía. 

Y lo que me anima, lo que me estimula, lo que me alienta a seguir es que hoy tengo el mismo Señor que tenía Pablo...
Lo que me anima, me sostiene y me mueve a seguir adelante es que mi Dios no hace acepción de personas; si lo hizo con Pablo, lo puede hacer conmigo...

Así como Pablo vivió en carne propia que el gozo no depende de las circunstancias puesto que es parte del fruto del Espíritu Santo, nosotros podemos experimentar lo mismo: gozo en las pruebas, dificultades, menosprecios, desaires, incomprensión y todo lo malo, triste o difícil que nos ocurra. 

Estamos en este vaso de carne, pero la historia aún no se acaba... viene el gran día, el día del encuentro con nuestro Salvador... y ya no habrá tristeza, ni dolor, ni lágrimas, solo ¡¡¡Cristo!!!

Anímate, levántate, fortalécete en Jesucristo; Él es tu faro en la oscuridad; Él es tu refugio en la tormenta; Él es tu gozo en la tribulación; Él es tu todo en tu vacío...
No estás solo, Él ha prometido estar contigo hasta el fin.
¡Cree solamente y verás la gloria de Dios!