Conversando con el Rey... Salmo 91: I Parte
Propósito: orar con la Palabra de Dios
Dando inicio a esta serie trabajaremos con el Salmo 91.
1 El que habita al abrigo del Altísimo morará
bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, 6 ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación,10 no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, 6 ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación,10 no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.
Vers. 1, 2 — 1 El que
habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
2 Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
- Señor, esta tu palabra nos trae consuelo y esperanza al corazón, y estamos agradecidos.
- Padre, el salmo se inicia diciendo quién eres: el Dios Altísimo, el Dios Omnipotente.
- Estos dos atributos nos hacen mirarte con ojos de asombro solo de pensar que ese Dios tan grande, tan poderoso puede mirarnos a nosotros, pudo adoptarnos en su familia y un día vendrá por nosotros.
- ¿Señor, cómo darte gracias por esta salvación tan grande que nos abrió el camino para conocerte a ti el Omnipotente y Altísimo Señor y Dios?
- Eres el Dios Altísimo, el Elión: el Dios que está sobre todo, el Rey de reyes y Señor de señores, el Soberano Dios que reina sobre todo el Universo, el que ahora mismo nos está oyendo.
- Eres el Dios Omnipotente, el Dios Todopoderoso, el Shaddai: el que nos sostiene; el Dios que nos cubre; tu sostén y cobertura estarán siempre a nuestra disposición si a ti acudimos. Gracias, solo podemos decirte gracias.
- No puedo asimilar tanta magnificencia; es muy grande para mi mente finita.
- Sin embargo, podemos disfrutar de tu presencia aunque no entendamos como eso es posible.
- Gracias, Señor, porque la vida de fe, de confianza en ti nos lleva a caminos que nunca hemos soñado conocer pero que ahora transitamos.
- Mi Dios, oramos por nosotros, tu Iglesia en todo el mundo; somos parte de tu familia.
- Y solo tú sabes, en toda esa gran multitud de los tuyos, si de veras estamos habitando, morando bajo tu sombra; habitar o morar implica una residencia permanente; ¿es permanente nuestra presencia bajo tu sombra, bajo tu abrigo?
- No lo sé, Señor, tú lo sabes; pero, si así no fuera haznos ver nuestra real situación, líbranos de auto engañarnos creyendo que estamos bien delante de ti cuando no es verdad.
- Examínanos, queremos y pedimos que lo hagas; líbranos de pensar que estamos andando en tu luz cuando en realidad andamos a oscuras.
- Llévanos a toda verdad, libranos del engaño y, peor aún, del auto engaño.
- Señor, que tal como el salmista podamos decir de todo corazón, en plena certidumbre de fe, que eres nuestra esperanza, que eres el castillo donde nos refugiamos de los sucesivos oleajes que enfrentamos con frecuencia.
- Que siempre podamos decir “tú eres mi Dios en quien confiaré”.
- Intercedemos por aquellos hijos tuyos que en este momento están atravesando momentos difíciles donde su fe está siendo puesta a prueba.
- Atráelos a tu castillo, Señor, que su fe no trastabille sino que aun en medio del dolor sus corazones se mantengan escondidos en ti.
- Oramos por aquellos que están pasando por un momento de duelo; sus corazones sufren, sobre todo si en el que murió no te conocía. Consuélalos, Padre, que en medio del dolor puedan mantener tu paz en sus corazones
- También oramos por los que están pasando hambre por escasez de alimentos o enfermos.
- Que tu gracia los cubra fortaleciéndolos cada día, que su fe no falte; que puedan permanecer firmes hasta el fin.
- Y por último oramos por nuestros familiares; que seamos de bendición a sus vidas; que día tras día los presentemos ante ti: atráelos, Señor, atráelos.
- Gracias, Señor, por más un día de victoria.
- Gracias por haber estado otro día en tu presencia en oración.
- Gracias, Padre, pues cada día que mantengamos la comunión y la intimidad contigo es un día de victoria.
Así es Señor, líbranos de pensar en que andamos en tus caminos, cuando en realidad no lo hacemos…
ResponderEliminarDanos convicción de pecado