Conversando con el Rey... Salmo 91: II Parte
Propósito: orar con la Palabra de Dios
- Señor, gracias por tu Palabra; ella es nuestra guía, nuestra brújula, nuestra bitácora que nos encamina a por el camino eterno; tu palabra nos revela tu persona, gracias.
- Guíanos, dirígenos en este clamor; danos oídos de oír mientras tu Santo Espíritu nos enseña a orar como conviene, que tu Espíritu nos lleve a orar con gemidos indecibles.
- Que todo se haga conforme a tu voluntad y a tus propósitos eternos, te lo pedimos en el nombre de Cristo Jesús.
Versículos 1, 2 — 1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
Señor, cuántas verdades nos revelas en tu Palabra, abre nuestros ojos y
oídos.
- Que aprovechemos el tiempo que nos das; no sabemos el mañana, pero podemos aprovechar el hoy. Haznos sabios, Señor, haznos sabios.
- “Diré yo a Jehová…” Estas palabras nos hablan de intimidad, de comunión contigo.
- Padre, anhelamos mantener una vida de intimidad contigo, trabaja en nosotros hasta que por tu gracia y tu poder lo hayamos logrado.
- “Diré yo a Jehová…” ¿Qué diremos a ti, Señor? ¿Diremos lo que realmente eres o lo que creemos que eres? Padre, la percepción que tengamos de ti cambiará nuestra forma de dirigirnos a ti, de vivir la vida cristiana.
- Permita, Señor, que nosotros, por tu gracia y poder, tengamos la imagen correcta de ti: un Dios de amor sí, pero un Dios justo; un Dios que no consiente a nadie, un Dios que corrige, disciplina y azota a sus hijos; un Dios Santo que exige santidad de los suyos; un Dios galardonador, que premia a los que le buscan porque confían en él.
- “Diré yo a Jehová esperanza mía”, ¿realmente te vemos cómo esperanza nuestra?
- ¿Aunque todos nos fallaran, aunque todos nos abandonaran, nos dolería claro que sí, pero nos mantendríamos viendo al Invisible? Muéstranos, Señor, como estamos.
- Padre, es en la intimidad contigo que aprendemos que eres nuestra única esperanza.
- “Diré yo a Jehová castillo mío” … Castillo representa la seguridad, el reposo, el descanso. ¿Eres, Señor, el castillo, el refugio, el descanso de tu Iglesia?
- Te pedimos, Señor, si aún no eres nuestro castillo, refugio, descanso que lo admitamos y te pidamos que lo que aún no somos se haga realidad en nosotros.
- Solamente tú, Señor, nos puede dar paz, nos puede dar reposo, nos puede dar seguridad.
- Míranos, Padre, como estamos nosotros tus hijos en tu Iglesia Universal: cámbianos, conforme a lo que has dicho en estos dos versículos leídos
- Hoy sabemos, Señor, que aquel que mora bajo tu sombra, que habita bajo tu abrigo es el que permanece, persiste, insiste, persevera en ti.
- Padre, ¿estamos de veras, permaneciendo en ti?
- ¿O estamos insistiendo en nuestros propios caminos?
- Permanecer, perseverar en ti… Señor, muéstranos si estamos en un continuo y constante proseguir de lo que hemos iniciado; si estamos permaneciendo en ti.
- Si así no fuera, abre nuestros ojos; si no podemos ver cómo estamos ante ti tampoco experimentaremos la necesidad de que nos limpies y cambies.
- Lo más grave y peligroso de todo esto es que, si no vemos nuestra real necesidad de ti continuaremos percibiéndonos como gente buena.
- Cuando eso se da, hemos caído de lleno en el auto engaño.
- Líbranos, Señor, de esa cadena; has venido para libertar al cautivo, estos somos nosotros.
- Es cierto que al salvarnos abriste las puertas de nuestras viejas cárceles y, tristemente, aun teniendo las puertas abiertas nos mantenemos adentro.
- Nos hemos adaptado tanto a la oscuridad que la luz no nos hace falta; es más, a veces Señor, tu luz nos molesta porque nos saca de nuestras zonas de confort.
- Clamo, Señor, por mi misma y por mis hermanos en todo el planeta; alúmbranos para que veamos tu verdad, no la nuestra.
- Intercedemos por aquellos hijos tuyos de cualquiera de tus iglesias, que en este momento están atravesando momentos difíciles donde su fe está siendo puesta a prueba haciendo que muchos retornen a sus antiguas cárceles de donde los sacaste.
- Atráelos a tu castillo, Señor, que su fe no trastabille sino que aun bajo el miedo del hombre, del dolor, sus corazones se vuelvan y se mantengan escondidos en ti.
- Oramos por aquellos que están pasando por momentos de duelo; por los enfermos que han sido desahuciados, por los que fueron traicionados por alguien muy cercano; por los que están siendo perseguidos por causa de su fe en ti; están sufriendo, sus corazones lloran.
- Consuélalos, Señor, que en medio del dolor, del temor al hombre, del temor a la muerte, puedan mantener tu paz en sus corazones. Que tu paz descienda sobre ellos llenándoles de confianza en ti pese a todo lo que están padeciendo en estos momentos.
- Oramos por aquellos hijos tuyos cuyos hijos están en el mundo, con vidas disipadas; cada día más alejados de ti. Dales fuerza y fe a estos padres para que perseveren en su clamor.
- Fortalécenos, Señor, a tu Iglesia en el mundo; que nos mantengamos en la brecha intercediendo los unos por los otros.
Gracias, Señor, por más un día de victoria; por haber estado otro día en tu presencia intercediendo a favor de los tuyos. A ti toda la gloria y reconocimiento en Cristo Jesús nuestro Gran Salvador.
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