miércoles, 5 de mayo de 2010

Del libro de Jeremías: Cap. 17: 19 - 47: 2

Jeremías 18: 7-9 – En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. 8 Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9 y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar.

Jeremías 1: 10 – Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.

En el verso 10 del capítulo 1 vemos el llamado de Dios a Jeremías, mientras que en los versos 7 a 9 del capítulo 18 vemos a Dios atribuyéndose las mismas funciones que había asignado al profeta.
Dios es quien hace la obra, Dios en quien arranca, derriba y destruye; pero utiliza a los hombres para declarar lo que Él hará, tal como utilizó al profeta Jeremías.
Dios es quien hace la obra, Dios es quien edifica y planta; pero utiliza a hombres para anunciar lo que Él hará. ¡Qué privilegio es el nuestro: ser parte del equipo de Dios!


Jeremías 5: 14-18 –Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. 15 Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho. 16 Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía, 17 porque no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre embarazado para siempre. 18 ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?

El ministerio de Jeremías fue tan difícil que en distintas ocasiones su libro registra muchos de sus sentimientos; expresiones de impotencia, de pesar, de angustia. ¿Nos parecemos al profeta? Ciertamente, pero que también aprendamos de él. Que así como tuvo luchas y en ocasiones quiso tirarlo todo por la borda, permaneció. El punto no es esperar no tener batallas, luchas, contrariedades y cosas similares; la clave es que, a pesar de todo eso, permanezcamos y cumplamos la labor a nosotros asignada.

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