lunes, 16 de julio de 2012

Del libro Génesis: Cap.28:12-15


12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. 13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
      Jacob había hecho sus trastadas, sus mentiras y el Señor le da una promesa.
     ¿Pensaría Jacob que él estaba bien con Dios? ¿Pensaría que Dios estaba contento con él?
    Jacob desconocía el duro trato de Dios que vendría sobre su vida para que al final las promesas dadas a su abuelo Abraham y a su padre Isaac se cumplieran en su vida.
      Así nos pasa a nosotros: en ocasiones Dios nos habla por profecías y creemos que ello es un signo de la aprobación de Dios a nuestra conducta o acciones.
     Y tal como Jacob, no sabemos que será necesario un duro trato de Dios para que en el camino de ser un hombre/una mujer conforme al corazón de Dios, seamos corregidos de nuestras malas acciones y nos mantengamos en el camino de la rectitud y de la integridad que es lo que busca el Señor en nosotros.
       Las promesas de Dios son reales, pero el trato que vendrá también lo es; es la única manera de que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13).

1 comentario:

  1. Hola, leí su análisis del pasaje, y es muy cierto, el trato de Dios para que una promesa profética dada por Él se cumpla, es la otra parte que muchas veces no nos gusta escuchar o saber, pero lo que me gusta es que la Palabra dada por Dios para un momento específico de nuestras vidas nos imprime el ánimo necesario para seguir adelante y no desmayar, aunque las circunstancias se vean negras, nos da una luz en medio de la incertidumbre en la que nos encontramos. La fe es algo divino!! no lo podemos comprar, solo es una certeza que Dios está con nosotros siempre, aunque no hagamos lo correcto, si buscamos a Dios, Él nos llevará a la senda correcta y enderezará nuestros pasos aunque eso nos duela.

    Dios es maravilloso,

    Dios la bendiga!

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