viernes, 12 de febrero de 2016

Ni Egipto ni Canaán

Del libro: Levítico 18:3, 4.

No se comporten como la gente de Egipto, donde ustedes vivían, o como la gente de Canaán, adonde los llevo. No deberán imitar su estilo de vida. Ustedes deben obedecer todas mis ordenanzas y asegurarse de obedecer mis decretos, porque yo soy el SEÑOR su Dios. Si obedecen mis decretos y mis ordenanzas, encontrarán vida por medio de ellos. Yo soy el SEÑOR.  Levítico‬ ‭18:3-5‬ ‭NTV‬‬.

Tus palabras permanecen para siempre, Señor. Lo que era verdadero ayer lo sigue siendo hoy.
Gracias, pues debido a tu inmutabilidad podemos vivir seguros, firmes y constantes pese a que nos movemos en un mundo inseguro, inestable e inconstante.

Ni Egipto, es decir, lo que fuimos antes de que tu liberación nos alcanzara.
Ni Canaán, las costumbres y usanzas del mundo donde vivimos, sino tus normas, tus estatutos, tus mandatos.

Danos ojos de ver y oídos de oír para que nuestros pasos se mantengan en la senda antigua; tus sendas, Señor, no las del mundo ni las nuestras.

Ni Egipto ni Canaán, sino la Tierra Prometida que tenemos en esta vida (Juan 10:10) y la que nos espera en el futuro.


1 comentario:

  1. La adhesión estrecha y constante a las ordenanzas de Dios es lo que más eficazmente preserva del pecado. Sólo la gracia de Dios nos da seguridad; cabe esperar esa gracia sólo en el uso de los medios de gracia.

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