miércoles, 12 de febrero de 2014

Del libro Éxodo: Cap.1: 12

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel.

Cuán difícil nos es entender cómo la opresión y persecución pueden hacer que el pueblo de Dios crezca y se multiplique. No obstante, aunque no lo entendamos, es un hecho.
A nivel individual, si nos apegamos más al Señor, la opresión nos hará crecer y multiplicar las obras de justicia que realicemos para Dios.

Es deseable que frente a la persecución y similares, no las desaprovechemos, sino que estas mismas situaciones difíciles nos lleven a aferrarnos al Señor y a no soltarnos por nada ni por nadie.
Dios es fiel, y si permite muchas cosas en nuestras vidas no es para destruirnos, sino para que seamos conformados a la imagen de Cristo.

No nos desanimemos ni cuestionemos a nuestro Padre celestial, más bien corramos a sus brazos de amor y recibamos de él todo lo necesario para hacer frente a la dificultad que estemos confrontando.
Con Dios somos más que vencedores, ¡firmes y adelante siempre!


1 comentario:

  1. Gloria a Dios por su Palabra!

    Los egipcios temían que los hijos de Israel se unieran a sus enemigos y los expulsaran de la tierra. La maldad es siempre cobarde e injusta; hace que el hombre tema donde nada hay que temer y que huya cuando nadie lo persigue. La sabiduría humana a menudo es necia y muy pecaminosa. El pueblo de Dios tenía capataces sobre ellos, no sólo para oprimirlos sino para afligirlos con sus cargas. No sólo los hacían servir para provecho del faraón sino para amargarles la vidas.

    Los israelitas aumentaron maravillosamente. El cristianismo se difunde más cuando es perseguido: la sangre de los mártires fue la semilla de la iglesia. Quienes aceptan consejo contra el Señor y su Israel sólo imaginan cosas vanas y acarrean mayor afrenta contra sí mismos.

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